Claudia Salas Martínez es directora y tercera generación de Café Martínez, además de ser psicóloga y arquitecta. Comenzó a trabajar en la empresa en 1989 junto a sus hermanos Mauro y Marcelo con quienes actualmente conforman el directorio.
Estuvo en Resistencia la semana pasada invitada por Beatriz Tourn, presidente de Camech (Cámara de Mujeres Empresarias del Chaco), para participar de una ponencia en el marco del décimo aniversario de esa institución provincial. Allí Claudia brindó su testimonio como mujer emprendedora y empresaria.
UNA CLAVE, EL EMPUJE
Entrevistada por NORTE, opinó sobre qué significa ser emprendedor hoy en la Argentina: “Es tener empuje, decisión, creatividad, saber trabajar en equipo. Y sobre todo en nuestro país, mucha plasticidad. Es un país joven, cambiante, y hay que saber estar atentos para generar las adaptaciones necesarias”.
“La presencia de la mujer en las empresas es sumamente enriquecedora. La mujer aporta su sensibilidad, intuición, creatividad, empatía y cuidado de los detalles que son tan importantes”, agregó.
Y habló de la otra cara de esa moneda: “Lo más difícil para la mujer, en mi experiencia, es conciliar el rol de madre con el de empresaria. La maternidad, sobre todo en la etapa de la lactancia y hasta los dos años de nuestros hijos, nos hacen necesitar más tiempo y nos deja un poco relegadas en relación al hombre”.
“Si tenemos más de un hijo son muchos años que debemos repartirnos entre ambas funciones y no es fácil. Por eso es importante poder volver a incorporarnos cuando nuestros hijos crecen, pero cuando aún somos jóvenes para crecer nosotras como trabajadoras, profesionales o empresarias. También la maternidad nos da una capacidad de empatía, dedicación, paciencia y resiliencia que luego aporta significativamente a lo que emprendamos”, analizó.
TIEMPOS DE CRISIS
El país atraviesa nuevamente una crisis económica. No es la primera, aunque siempre es difícil recuperarse. “Las crisis a nosotros siempre nos sirvieron de estímulo, fomentan nuestra creatividad. Por eso constantemente estamos pensando en superarnos”, dijo Salas.
Café Martínez emplea a 2.000 personas en todo el país.
En los últimos años abrió varias formas de acceder a sus servicios, incluyendo la modalidad “bajo costo”, y permanentemente busca estrategias que lo diferencien de otras marcas.
“Una de mis funciones en la empresa fue la creación del Departamento de Calidad de nuestros cafés, controlando la selección y cata. Actualmente hacemos un concurso anual internacional de baristas junto a nuestro barista y nuestro maestro tostador. Nuestro máxima diferencia es que seleccionamos, tostamos y distribuimos nuestros propios granos de café”, marcó.